HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA (2ªPARTE)
El ser humano, en ocasiones, pierde la cabeza e intenta alcanzar algunas metas por el camino más fácil, pero no por el camino adecuado.
Sidney 2000, Juegos Paralímpicos. Quizás sea el lunar más grande de la historia del deporte español, y puede que el más sonado. El equipo español de baloncesto alcanzó el oro tras una fase de grupos donde no tuvo rival, unas semifinales que ganó de 30 y una final donde su diferencia alcanzó los 24 puntos, ganando así la medalla de oro. Más tarde se sabría que tan sólo 2 de los 12 jugadores convocados para esta cita tenían algún tipo de discapacidad, las revistas ‘Gigantes’ y ‘Capital’ se hacían eco de este FRAUDE. Sí, fraude con mayúsculas.
Después de ganar la final, la plantilla se hace una foto con la infanta Elena y Jaime de Marichalar, foto que llega a los periódicos deportivos que se hacen eco del logro y es en este momento, cuando uno de los redactores de la revista ‘Gigantes’ reconoce a algunos de los miembros del equipo que disputaban distintas ligas para jugadores sin discapacidad.
Empieza a caerse el castillo de naipes y al final, se supo que todo el entramado se había gestionado para alcanzar esa medalla de oro y que eso ayudaría a tener más subvenciones para el deporte con discapacidad, algo que tras todo este escándalo se volvió en su contra.
Además sin saber nada el presidente del Comité (que era pleno conocedor de la trama), se coló un infiltrado entre los farsantes que representaban a España, este era Carlos Ribagorda, redactor de la revista ‘Capital’, formó parte del equipo para intentar sacar a la luz las irregularidades que parecía haber dentro del mundo del deporte paralímpico.
Se realizó una investigación a través del Comité Paralímpico Español que confirmó que 14 de los 200 deportistas desplazados a dicha cita paralímpica no eran discapacitados. A mayores de los 10 mencionados de la disciplina baloncestística, se sumaron cuatro casos más de atletismo, natación y tenis de mesa que habían sido ganadores de cuatro medallas. Dichas medallas se devolvieron por orden del Comité y el presidente, Fernando Martín Vicente, fue condenado en 2013 por los delitos de falsedad y estafa.
Los verdaderos sufridores de todo este engaño fueron los dos deportistas que sí tenían discapacidad, Ramón Torres, capitán del equipo, a quien conocimos más a fondo a través del documental ‘King Ray’ donde relata lo mal que lo pasó. Sencillamente, le destrozaron la vida, no entendía nada, devolver su medalla sin haber tenido culpa alguna, tener que andar de juicios…
Ramón comentaba a su madre: “Lo raro de ellos es que ninguno es raro” en referencia a los componentes del equipo paralímpico. También inspiró el personaje de Román en la película Campeones, incluso tuvo un pequeño cameo en este grandísimo film.
El refranero español es muy sabio y nos dice: “Las cosas bien hechas, bien parecen”.